viernes, 20 de julio de 2012

OPINIONES

Lo que perdimos y estamos recuperando

Hace tiempo que vengo pensando en hacer una reflexión sobre la opinión pública, la confianza, la economía, la política… en definitiva, la situación actual.
Todo empezó hace ya un par de meses, yo me terminaba de leer un libro sobre la situación que se vive, que se ha vivido y que se vivirá si las cosas no cambian: Algo va mal de Tony Judt y a la vez me preparaba un examen para Matrícula de Honor de la asignatura Opinión Pública. Cuando te enfrentas a un examen de desarrollo sin más arma que tu cerebro y lo que sabes de todo el curso académico, de los libros, periódicos y acontecimientos que has ido almacenando, te preparas el examen de una manera diferente: lees, lees pero no el temario, lees autores, ideas, pensamientos que te puedan ayudar a respaldar un tema de opinión general. He de decir que tuve varios autores que me echaron una mano, pero Tony Judt fue uno de los principales, sobretodo porque a su vez citaba a otros autores que iban muy acordes al tema que trataba y de ahí obtuve una gran fuente de conocimiento.
Mi pregunta de examen fue la crisis económica en general y quiero compartir con quien me lea la conclusión a la que llegué tras una hora de examen. En el fondo era algo que yo llevaba dentro, pero hasta que no te pones a escribirlo no reafirmas  ese conocimiento.

Lo primero que haría yo si tuviese que hablar de la situación actual que vivimos de la crisis económica sería citar una frase de John Stuart Mills que dice lo siguiente:
No será posible ninguna mejora importante en la suerte de la humanidad si no se produce un gran cambio en la constitución fundamental de sus modelos de pensamiento”.

De esta frase de Mills puedo decir que estamos atascados en una forma de ver el mundo que solo depende de nosotros poder cambiar, y lo cierto es que solo de un tiempo a esta parte es cuando hemos empezado a actuar. Lo obvio es que tenemos que plantearnos qué queremos y por qué lo queremos, bien lo dice Judt en su libro: no podemos dejar el pasado a nuestra espalda y cruzarnos de brazos. Si queremos un futuro hemos de tomar decisiones y la verdad es que España nunca ha sido un país que se haya movido o tomado decisiones como un pueblo unido.  La falta de toma de decisiones, en especial de los jóvenes, que sabemos que algo va mal pero que tampoco sabemos qué hacer para cambiarlo, genera una frustración porque hay un gran vacío, y todos aborrecemos el vacío, porque marca un estado desalentador de vaguedad, de sin sentido y no solo nuestro sino del mundo en general.
Personalmente me aterra que la gente no se mueva ni luche por lo que quiere, que se siente en el sofá a verlas venir o delante de la televisión sin otra expectativa que ver cadenas de televisión que no hacen más que pudrir el mundo que ya se pudre bajo nuestros pies cuando tomamos esa actitud. Si el libro de Judt me gustó desde un principio fue por la frase que eligió de Tocqueville para coronar el inicio del mismo:
No puedo evitar temer que los hombres lleguen a un punto en el que cada teoría les parezca un peligro, cada innovación un laboriosos problema, cada  avance social un primer paso hacia una revolución, y que se nieguen completamente a moverse”.
Me impactó mucho porque es una cita que yo no conocía de uno de los autores que estudié en Sociología y que me gusto mucho y, no hace falta ser un genio para verlo, me pareció brillante. Un resumen claro y conciso de la situación que se vive. Da miedo ver que las cosas se tuercen y que todos seguimos sentados sin movernos, que solo se mueven los menos y que apenas llega información de esos movimientos precisamente por ser la minoría la que lo hace. Pero ahora ya no es así, ya no son los menos, para bien o para mal, esta crisis nos ha hecho que nos levantemos del sofá. Y digo para bien o para mal porque el movimiento se ha producido por fruto de una profunda indignación que los ciudadanos españoles y del resto del mundo llevamos sintiendo por largo tiempo (y es triste que hayamos tenido que llegar a este punto), y realmente hay mucho por lo que indignarse: las crecientes desigualdades  entre riqueza y pobreza, en las oportunidades y falta de igualdad para todos, injusticias de clase, explotación económica dentro y fuera del país… todo ello reflejado en la corrupción, el dinero y los privilegios que, como define Judt, “ocluyen las arterias de la democracia”. Hemos llegado a una situación crítica basada en la desconfianza por que todo pueda ir mejor y sobretodo basada en una desconfianza que el gobierno ha ido generando. No confiamos en quien se supone que habría de guiarnos. Hemos entrado en una era de inseguridad económica, física y política… hasta el punto de que ya no podemos hacer como antes y lavarnos las manos, mirar hacia otro lado y fingir que no pasa nada. Nos corresponde por legado humano levantarnos y decir que “no” ante las deficiencias que tenemos a nuestro alrededor, dejar de ser indiferentes de las mismas y de las consecuencias de los actos del poder y de los nuestros propios

Cuando nuestro rey se va a cazar elefantes o cuando miembros de la realeza y del alto poder entran en casos de corrupción como ha sido el Caso Nóos se genera desconfianza, una profunda e insatisfecha desconfianza. El problema es que la desconfianza engendra inseguridad y la inseguridad engendra miedo, miedo a  la decadencia, al cambio, a que cualquier paso por pequeño que sea lleve la situación a caerse del precipicio… es la pescadilla que se muerde la cola porque es ese miedo el que corroe nuestra confianza.
Sabia es la Historia que nos muestra como el miedo ha llevado a sacrificar el bien público más preciado que tenemos: la libertad. Cuando el futuro pinta oscuro nos hemos refugiado en los líderes, en los representantes políticos y quien diga que eso no es así solo ha de analizar el bipartidismo generado de la desesperación popular: el Partido Socialista Obrero Español no lleva el país hacia delante, ¿qué hacemos? Se vota al Partido Popular y así en una espiral que no termina nunca. Es un paso acostumbrado pedirles a nuestros políticos que nos defiendan, el problema surge cuando el miedo hace que se apremie a las sociedades abiertas a cerrarse y se sacrifique la libertad en aras de la “seguridad”.
Este discurso sobre el sacrificio de la libertad está perfectamente tratado en el libro de Judt y al leerlo no pude evitar acordarme de V, el héroe de cómic y posteriormente de película, que aun siendo ficción demostró que la antigua frase de “la unión hace la fuerza” es posible. Ahora hemos sacado esa frase de la ficción y también la hemos rescatado de las profundidades de la Historia, vamos avanzando.
El discurso de V de Vendetta es conocido por muchos, pero realmente encaja como un guante en las ideas que quiero reflejar, por eso os pongo un fragmento:

La verdad es que en este país algo va muy mal: crueldad e injusticia, intolerancia y opresión. Antes había libertad para decir lo que se pensaba, ahora tenéis censores y sistemas de vigilancia que os coartan para que os conformaseis. ¿Quién es el culpable? Unos lo son más que otros, pero si estáis buscando un culpable solo tenéis que miraros al espejo. Sé por qué lo hicisteis, sé que tenias miedo… ¿Y quién no? (…) Una plaga de problemas conspiraron para corroer vuestros sentidos; el temor pudo y presos del terror acudieron al actual líder. Os prometió orden, paz y todo lo que pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión.”

Judt no se queda corto en estas ideas y mientras V ha entrado en la mente de jóvenes y adultos con frases como “justicia, igualdad y libertad son metas alcanzables” Judt las complementa diciendo que nos corresponde a nosotros volver a concebir el papel del gobierno, porque si no lo hacemos nosotros otros lo harán.
Hasta ahora nos habíamos quedado en una pantalla de televisión, en unas hojas de comics o de libros con ideas bien planteadas, pero ahora estamos despertando de nuestra profunda hibernación y moviéndonos de manera seria y en conjunto por vez primera desde hace mucho tiempo. El 15-M y el 12-M de este año son un ejemplo claro y, para mí, lo realmente importante es que con ellos por primera vez muchísima gente salió a la calle a clamar por sus derechos y a manifestarse de que algo iba realmente mal, de que había motivos de queja. Los jóvenes salimos a las calles a pedir un futuro que el gobierno parece haber olvidado que tenemos derecho a tener. Frases de la canción La clave está en Sol (canción más significativa del movimiento bajo mi punto de vista) como “Hoy desperté de un mal sueño y encontré miles de hermanos con ganas de hacerlo bien” marcaron el nuevo comienzo de una nueva sociedad. Hubo quien creyó que el 15-M solucionaría la crisis, pero eso es tan absurdo como quien cree que por votar a un partido este va a hacer lo que le digamos que haga cuando suba al poder. Tenemos algunas ideas equivocadas. La de que el político se olvida de nosotros tras votar es una de las más frecuentes, pero a la sociedad se nos olvida que estamos en una democracia representativa, no delegada, tenemos un parlamento y por ello nuestros representantes no tienen que hacer lo que se les diga, sino que han de actuar desde lo que les decimos hasta lo que ellos mismos producen. El problema es que eso les da legitimidad para hacer de su capa un sayo.

Con el 15-M no se va a salir de la crisis pero es una manifestación pública, es el paso a la nueva sociedad o eso aparenta. Con esto no quiero decir que se apoyen las revueltas, hablo de quejas pacíficas donde el pueblo se una por una buena causa: su futuro y el de sus hijos y actualmente no solo eso, sino también su presente. La letra de la canción es excelente de principio a fin, algo larga, pero impactante,  un ejemplo de todo lo dicho reflejado en la canción es lo siguiente: "Y es necesario que la voz del pueblo entero sea al motor directo al cambio. Sería más sabio que la democracia empiece desde abajo y no al contrario. Democracia calando en cada mente en cada plaza. ¡Democracia real ya! Esto es participación, pasar a la acción, marcamos el tiempo de nuestro propio son, contra el terrorismo y la enajenación.... propuesta sin violencia y organización". Necesitamos salir de ciertas ideas equivocadas y darnos cuenta que el futuro está en nuestros pies, que hemos de hacer una movilización pública porque eso será lo que moverá la situación, nosotros.
También hay mucha crítica contra los medios y con razón, hay que decirlo, porque hay una imposición de los medios sobre la opinión pública y esa imposición genera unas restricciones que nos llevan de vuelta a la inseguridad. La opinión es algo que controla a la ciudadanía, que rigen la conducta individual y si se dice que los medios controlan la opinión la conclusión es que los medios manipulan a la sociedad. Pero como todas las ideas, al igual que la anterior sobre política, tiene sus pros y sus contras. Si es cierto que los medios eligen qué es noticia, las grandes agencias controlan la información y nos trasmiten lo que interesa. Yo lo sé bien, lo he estudiado y soy periodista. Pero a la vez el ser humano tiene libertad sobre los medios porque aunque está presionado por ellos y debido a ello delegue creando una situación de dependencia somos nosotros los que elegimos esa dependencia y también los que elegimos los medios que queremos ver. Aquí es donde reside el contrapunto: si delegamos perdemos nuestra autonomía pero nosotros aceptamos esa delegación como parte de nuestra vida. Somos inteligentes, o eso se supone, por lo que esta nos ha de permitir ejercer nuestra propia autonomía, aprender a vivir. Mantenemos una relación ambigua: los medios nos introducen en el mundo en el que vivimos, les damos una confianza pero siempre la que nosotros queramos.
Otro problema con los medios es la Espiral del silencio que generan, lo que ya he mencionado antes sobre que la opinión de los menos es dejada de lado y solo la mayoría parece tener importancia. Cuando los afectados eran menos podíamos no mirar hacia ellos, ahora que girando 360º sobre nosotros mismos no hay escapatoria para nadie, empezamos a abrir los ojos.
Aquí es donde entra la inteligencia de la que hablaba antes, la racionalidad que todos los humanos se supone que tenemos: tomamos decisiones siendo racionales en la medida en que somos sociales. Cuando la sociedad ha ido iniciando el levantamiento poco a poco, según han ido siendo más, se han ido levantando más personas. Ser, somos egoístas, todos, pero somos egoístas racionales: miramos por nosotros mismo pero vemos más allá, hacia el resto de la sociedad. Es algo que por fin se está demostrando.
George Orwell dijo “Ver lo que se tiene delante exige una lucha constante” y es cierto, abrir los ojos y mirar de frente al mundo que vivimos, a las personas con las que convivimos, a nuestros dirigentes… y ver las cosas como son no es fácil. Hemos empezado a cambiar, pero aun tenemos mucho camino que recorrer y con muchos obstáculos que lidiar. Intentando dejar el miedo de lado y con la vista clavada en aquello que queremos seguiremos avanzando, poco a poco, pero al menos no retrocederemos como ya hemos hecho antes tantas otras veces.
Aun no sabemos qué va a pasar con el futuro, qué nos deparará esta crisis y estos gobiernos, pero ya hemos empezado a avanzar y como he citado al principio del todo, ya lo decía Mills, hay que cambiar nuestros modelos de pensamiento para hacer una mejora importante de la humanidad; ya hemos empezado de nuevo… sigamos, pues, en ello.


* Todas las imágenes de este post han sido sacadas de las fuentes de imágenes de internet.

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