domingo, 4 de noviembre de 2012

ISMAEL SERRANO Y SUS CONCIERTOS


Crónica del pasado y expectativas para el futuro

 



Cinco días quedan para ese gran concierto en el Teatro Circo Price, los días de entresemana para llegar a ese fin de semana donde Ismael Serrano cantará, tocará y hablará para su público madrileño. El tiempo de espera para volverle a ver en directo no se ha hecho tan largo como en otras ocasiones: apenas un año y medio se ha hecho esperar para su siguiente gira ante un nuevo disco Todo empieza y todo acaba en ti. Lo cierto es que el concierto dado en Madrid el 8 y 9 de abril de 2011 ha dejado un gran recuerdo en todos sus espectadores, lo cual deja muy altas las expectativas para el siguiente que, en los días 10 y 11 de noviembre, volverá a hacer sonar las música en directo de este gran cantautor.

Bajo mi humilde opinión las expectativas están muy altas. En el último concierto pudimos disfrutar de más de tres horas de concierto donde hubo canciones, monólogos, risas e incluso alguna lagrimilla ya que muchos de los presentes se emocionaron durante distintos momentos de la actuación.
El pequeño teatro estaba lleno cuando el artista salió al escenario entre grandes vítores, su primera canción, haciendo homenaje a la canción “principal” de su disco Acuérdate de vivir fue Podría ser, que plasma la situación de paro general que se extiende por doquier y que está afectando a tantas personas y familias. En esta gira de su nuevo disco me surge la pregunta de sí iniciará con su primer single que da titulo al disco Todo empieza y acaba en ti, una bonita canción de amor, o si, por el contrario empezará con una de las canciones que ha creado para crear conciencia social ante la situación que estamos viviendo, como la de Despierta.




Lo cierto es que con su octavo trabajo se puede apreciar sin ninguna duda que el cantautor está haciendo una oda por el cambio social porque, como él mismo dice,  ahora hay más razones que nunca para protestar”. Por eso me surgen dudas sobre qué canción elegirá para iniciar su concierto de Madrid; lo normal sería que la iniciase con la canción a la que más “bum” ha dado, pero si lo que él pretende con su disco es despertar las conciencias la de Despierta, para empezar con fuerza y despertar a su público, tampoco sería una mala opción. Habrá que esperar supongo.

El Teatro Circo Price esta vez también volverá a ser testigo de sus canciones, es un lugar muy apropiado para la música de Ismael, sin ser ni muy grande ni tener grandes excesos, es sencillo, como es él. La escenografía siempre es un clásico de los conciertos de Ismael, me preguntó que escenario prepará esta vez; en Acuerdate de vivir representaba el salón de su casa, lo que le dio mucho juego a la hora de cantar canciones como Mensaje en el contestador, e incluso para poder ir encaminando sus canciones que las introdujo con monólogos sobre sus vecinos que, en conjunto, tomaban sentido formando una gran historia que a más de uno nos arrancó una carcajada. En el fondo ir a un concierto de Ismael Serrano es como sumergirse en la lectura de un buen libro: las canciones fluyen entre los monólogos de manera unida, creándose una gran conexión entre lo que cuenta y lo que canta.


Es de esperar, por no decir que es obvio, que en este concierto sea su último disco el que se lleve la mayor parte del protagonismo, sin embargo, al igual que en la gira de Acuérdate de vivir estoy segura de que las canciones míticas, sus grandes viejas joyas, como Papá, cuéntame otra vez, Vértigo, Vine del Norte o La extraña pareja, no faltarán. En el último concierto tocó de seguido las tres canciones que más me tocan de sus discos anteriores: Ya ves, Fragilidad y Caperucita. Fue impresionante.



Creo que lo más asombroso de su actuación es la intensidad con la que canta, si en los discos ya emociona, en persona es otra historia, se vuelca en sus canciones. A veces se le nota cansado, incluso algo triste; como buen cantautor sus letras vienen de lo más hondo y yo creo que pone toda su alma al cantarlas, por lo cual no es normal que se agote e incluso se emocione con lo que canta. 

Este nuevo disco que supone para Ismael “un nuevo ciclo musical” podría significar también un nuevo enfoque en lo que a sus conciertos se refiere ya que en él ha recopilado sus quince años de experiencia, una gran madurez  que ha dado lugar a canciones que son “muy íntimas” donde expone mucho de si mismo, más que en otros discos. Yo, sinceramente, le noto tan profundo como siempre, sincero y cargado de fuerza y delicadeza a la vez, en las canciones de su nuevo disco, aunque si que es notable esa madurez artística de la que el cantautor habla.


Pero en esta mirada hacia el interior que ha hecho de si mismo no ha faltado un espacio para la conciencia y el compromiso social. El mundo que le rodea ha vuelto a servirle de inspiración para sus temas y composiciones. Ismael ve lo que vemos todos, que el mundo vive “un momento crítico” ante el que no podemos ni debemos mantenernos inertes. Ismael asegura sorprenderse ante “el aguante de la gente y el sentimiento de resignación general”, por eso hace un llamamiento general con sus canciones porque cree que la sociedad no es “consciente de su potencial”.

Hay que decir que estas frases textuales no las he obtenido de ninguna entrevista, sino de buenos artículos que los medios publicaron cuando el nuevo disco vio la luz. Pero si que es cierto que se ve claramente en sus canciones esa necesidad que él ve en el mundo de levantarse y echar a andar hacia delante, canciones como Mi vida, no hay derecho de La memoria de los peces, Casandra de Sueños de un hombre despierto, El espejismo o Volveremos de Acuérdate de vivir son ejemplos de esta conciencia social en el que anima a dejar de estar inertes antes un mundo que se pudre debajo de nuestros pies.

Una vez, en una entrevista que le hice personalmente a raíz de su disco Sueños de un hombre despierto, en 2008, le pregunté que qué opinaba de la situación política del momento y me contestó hablando de mi canción favorita de ese disco: Si se callase el ruido, ya que “demanda un espacio de calma para poder reflexionar”. Me contestó que “vivimos en tiempos en los que, por lo general, se trata de generar unos miedos, un desencuentro, una crispación que muchas veces es generada desde ciertos sectores políticos que no tienen realmente un vocación de servicio al ciudadano sino que, realmente, el sembrar ese desencuentro, esa crispación responde al servicio de sus propios intereses que, por lo general, es acceder al poder”.

También le pregunté con qué soñaba despierto (refiriéndome obviamente al título que había elegido para su disco), y con ese espíritu infranqueable que él pone en sus canciones y en todo lo que dice me contestó que “ojala seamos capaces de poner en común sueños que, sin duda, son compartidos; la certeza de que ese mundo mejor con el muchos sueñan está realmente al alcance de nuestra mano, porque hay un cuestionamiento de la realidad que es más compartido de lo que creemos.” Está claro que su intención siempre ha sido hacer ver que lo que queremos, cambiar este mundo, está en todas las conciencias y que no estamos solos, que hemos de movernos para lograr la meta común que queremos.


Sin embargo he de hacer una crítica a este músico y es a los precios de las entradas de su último concierto. Sinceramente me sentí más que decepcionada cuando vi que las entradas más sencillas eran 26 euros y que las mejores eran 30. Es decir, que dos entradas en el mismo sitio donde estuve situada en el concierto anterior (que ya entonces se salían de madre costando los mejores asientos 26 euros) se me ponían, con gastos de gestión, en 67,50 euros, casi 70 euros. No hay que decir que me disgusté, pero ya no tanto por el hecho de que no pudiese permitírmelo, sino porque me defraudó bastante que un artista apreciado y valorado por su conciencia social, que se precia de ser un impulsor de esta conciencia y del movimiento social, se centre en la economía y suba los precios hasta un punto de que haya personas que no se lo hayan podido permitir.
Me defrauda y también cabrea bastante que prime el dinero y no el placer de que sus seguidores puedan ir a verle cantar sus canciones en los intereses de este artista que tanto apoya a la mala situación que vivimos actualmente y que tanta conciencia obrera tiene. En ese punto puedo decir: señor Ismael Serrano los obreros en la situación actual que vivimos (y fuera de ella) no podemos pagar casi 70 euros para ir acompañados a escucharle.

No quiero hablar de hipocresía porque sé que tiene que comer y que la subida del IVA ha afectado mucho a los precios, pero aun así sus entradas estaban a la venta antes de septiembre.  Además mi mejor ejemplo es otro concierto al que fui el año pasado, el de Nach, en el que además no solo cantó él sino que trajo otros muchos artistas como SFDK y ZPU y, entre ellos, también a Ismael Serrano, con el que había hecho una fusión de estilos componiendo la canción de Ellas. Pues bien, Nach, también considerado un cantante de conciencia y crítica social pero en el estilo musical del Rap, hizo un concierto donde la entrada estuvo a disposición del público por 15 euros, un precio mucho más asequible sin ninguna duda y que hizo que hubiese que cambiarse de local ya que la gente se lanzó a una compra masiva y en seguida se quedaron sin entradas. El año pasado ya Ismael no consiguió llenar el segundo día la totalidad del teatro, o por lo menos este no se veía para nada completo, creo que no es necesario decir porqué.

 

En el blog de un amigo suyo, también músico, Manuel Cuesta, dice que Ismael “suele arrojar coherencia y brillantez a este duro oficio”. No quiero ser excesivamente crítica con este punto, pero ojala que el cantautor favorito de muchos, con el que hemos crecido a lo largo de 15 años, y que hace que cada vez que saca un disco al mercado sea un día importante para la canción de autor, tenga un poco más de coherencia en su próximo concierto, ya que brillantez no le falta.

Para no terminar con este tema quiero compartir con vosotros la última pregunta que le hice en mi entrevista de 2008 y que me parece muy significativa y apropiada para terminar este post:

¿Cree que todos soñamos despierto?
“Creo que lo que define al ser humano es eso. A pesar de que a veces creamos que vivimos sumidos en el aletargo es porque vivimos, en contradicción con esa esencia natural que tenemos de animales sociales en contacto permanente unos con otros, con esa capacidad de empatizar con lo que le ocurre al prójimo, con esa capacidad de emocionarnos ante la lucha, la tragedia ajena. Eso es lo que realmente nos define, nuestra capacidad para soñar, la ambición de mejorar nuestro entorno, no solamente para nosotros sino para los que nos rodean.”

No hay duda de que este hombre es grande.


*Todas las imágenes de este post, exceptuando la del concierto en el que salen Ismael Serrano y Nach que fue tomada por Lucía Berruga Sánchez, están sacadas de las fuentes de imágenes de internet.

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