lunes, 7 de septiembre de 2015

'COLECCIONISMO Y MODERNIDAD' DEJARÁ SU BRILLANTE ESTELA EN EL REINA SOFÍA


Solo queda una semana para poder disfrutar de esta magnífica exposición que el próximo lunes 14 cerrará sus puertas dejando su recuerdo en todos los que tuvieron la suerte de visitarla.


Desnudo de rodillas (Amiet, 1913)
El Reina Sofía ha acogido desde el pasado 18 de marzo en sus salas de exposiciones temporales dos muy especiales que, bajo el nombre de ‘Coleccionismo y Modernidad’, han reunido obras de arte de la primera modernidad que, en su mayoría y hasta la fecha, no habían pisado España. 

Las dos exposiciones que se abarcan bajo este título son la Colección Im Obersteg y la Colección Rudolf Staechelin y ofrecen la oportunidad de disfrutar de obras de los artistas más reconocidos de ese periodo, ingresadas dentro de los fondos del Kunstmuseum Basel (Basilea, Suiza).

Esta exposición, coorganizada por el Museo Nacional de Arte Reina Sofía y The Phillips Collection, en colaboración con la Im Obersteg Fundation y la Rudolf Staechelin Collection, en unos días abandonarán Madrid, por lo que disponéis de muy pocas oportunidades para poder contemplar las obras de autores tan reconocidos como Cézanne, Gauguin, Van Gogh, Kandinsky, Modigliani o Picasso entre otros y que, con toda seguridad, no volverán a estar tan accesibles como ahora para los amantes del arte que estén en nuestra ciudad.

Le jardin de Daubigny (Van Gogh, 1890)



Las obras profundizan sobre el fenómeno del coleccionismo y destacan su centralidad en el entramado del arte moderno. El coleccionismo en la modernidad está infinitamente relacionada con la burguesía liberal y su percepción, así como con la lectura de la historia y del mundo, y su importancia no está solo en las obras que la constituyen, sino también en los relatos que es capaz de generar, de ahí la importancia de la misma.

El Sena visto desde la explanada de Pont Neuf
(Pissarro, 1903)
Las exposiciones se desarrollaron a principios del siglo XX en Basilea y ambas presentan numerosos puntos en común, si bien denotan la especificidad del gusto de cada uno de sus impulsores, que además el tiempo se encargó de ratificar. Con una visión clara la trayectoria de ambas fue muy rápida y gracias a ello hoy podemos ver las adquisiciones que hicieron que, aunque en un inicio se centraron en artistas modernos suizos, en adelante también entraron a formar parte de la misma autores mundialmente reconocidos como los ya mencionados Pablo Picasso, Vincent Van Gogh o Marc Chagall.

Un caso destacado que indica la relación entre ambos coleccionistas y sus diferencias de criterio es el de la obra Arlequín con antifaz (1923) de Picasso, obra maravillosa que podéis ver aquí a la izquierda y que fue adquirida en primera instancia por Im Obstersteg, sin embargo llegó a formar parte de las dos colecciones, ya que este se la vendió a su amigo Staechelin para comprar con el capital obtenido otra obra similar más acorde con su gusto. 
Su historia es muy interesante ya que esta pieza cobró celebridad al protagonizar en 1967 un acto de defensa ciudadana del patrimonio artístico, en el que los habitantes de Basilea evitaron su venta privada mediante la organización de una colecta para su adquisición por parte del museo de la ciudad, justo en el momento en que la familia Staechelin proyectaba venderla. La noticia llegó al propio Picasso que, impresionado por este gesto cívico sin precedentes, donó cuatro obras más a la ciudad.

Por destacar algunas características individuales que encontramos en cada una de las colecciones decir de la Colección Im Obersteg que en ella destaca el aspecto colorista, así como los tintes expresionistas, presentes tanto en las formas como en las temáticas con frecuencia relativas a personajes desfavorecidos o en los márgenes de la sociedad, como es La bebedora de absenta, también de Picasso, pintada en 1901.

Respecto a la Colección Rudolf Staechelin sobretodo destaca porque en ella solo se incluía aquellas obras creadas en los periodos maduros o clásicos de sus autores, motivo por el cual Staechelin, a pesar de contar en su colección con obras de Pissarro o Cézanne, así como de Picasso, nunca intentó completarla con obras de los diferentes periodos artísticos de cada uno de ellos.

Asimismo también se caracterizaba por aceptar obras de equilibrada composición y claramente representativas dentro de la carrera de estos; por este motivo si vamos a la exposición podremos ver cómo la exposición mantiene un aire homogéneo y contenido. Entre sus obras expuestas destaca Nafea faa ipoipo (¿Cuándo te casas?) de Gauguin, pintada en 1892 que podéis ver a la izquierda.

No hay duda de que las colecciones Im Obstersteg y Rudolf Staechelin han enriquecido el patrimonio artístico público de Basilea desde su depósito en el Kunstmuseum Basel, donde complementan el rico acervo de la institución y se encuentran al alcance de los ciudadanos... y ahora podemos disfrutarla nosotros, brevemente eso sí. 

Así que ya sabes, si quieres disfrutar de una obras que muy posiblemente no puedas volver a ver, acércate por el Reina Sofía antes del próximo lunes, tienes horarios gratuitos y de pago para que puedas contemplar esta magnífica exposición cuando mejor le venga a tu bolsillo y a tu reloj. 

Artículo en Arte y Gastronomía

*Todas las imágenes de este post han sido sacadas de las fuentes de imágenes de Internet.


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