viernes, 23 de octubre de 2015

CÓMO DISFRUTAR 24 HORAS EN BURGOS


Burgos es una ciudad preciosa, digna de pasar un par de días mínimo paseándola y viendo todo lo que ofrece. Por desgracia yo solo estuve 24 horas en ella, aún así dio para mucho y pude disfrutarla. Hoy en este post os voy a contar qué se puede ver, dónde comer y dónde dormir: todo lo imprescindible para poder disfrutar al máximo de las horas que paséis en Burgos para que, si como yo, solo tenéis unas pocas, podáis salir con la sensación de que habéis disfrutado al máximo de su esencia.

Burgos es una ciudad que enamora, a mi sinceramente me encanta, solo pasearla ya es un lujo pues es preciosa. Por ejemplo tiene el paseo en torno al río, al que se puede acceder; está habilitado para pasearlo andando, patinando o en bicicleta. 

A mí el paseo del río me parece que tiene mucho encanto, todo tan verde, con la catedral al fondo… y si tienes suerte el cielo completamente despejado.

Por otro lado uno de los puntos de la ciudad que quisiera destacaros es la fuente que está situada en frente del Museo de la Evolución Humana, ya que es una fuente que imita el sonido del mar y, si la escuchas detenidamente, (aprovechando que en Burgos no hay casi contaminación acústica de coches), podrás exactamente sentirte como si estuvieses en una playa oyendo a las olas batirse contra ella.

Otra de las cosas que podréis pasearos y disfrutar (especialmente de su ambiente), es la preciosa plaza mayor que es centro de vida de toda la ciudad, llena de bares y rincones para disfrutar de toda la gastronomía de la ciudad. 

Sin embargo a esa parte ya llegaremos, pues antes quiero hablaros de lo que no os podéis perder bajo ningún concepto de la ciudad y más si, como yo, sois unos amantes de la cultura. Vamos por tanto con el primer punto de este post.


¿Qué ver en Burgos? No lo dudéis: la Catedral


Esta catedral, conocida como la Catedral de Santa María de Burgos, es la catedral más bonita que yo he pisado. Es un templo católico dedicado a la Virgen María que se empezó a construir en 1221 y que hace gala de lo maravillosa que es la arquitectura gótica; esto se debe a que se inició siguiendo patrones del gótico francés pero a lo largo de los siglos XV y XVI tuvo importantísimas modificaciones a partir de elementos del gótico avanzado que son los que dotan a la catedral de su estilo inconfundible. En el siglo XVIII se siguió modificando y de ahí provienen las portadas góticas de la fachada principal, que están relacionadas con el más puro gótico francés de las grandes catedrales de París y Reims (mientras que el interior toma como referencia a la Catedral de Bourges).



A pesar de que el gótico predomina en esta catedral en el interior también encontraremos elementos renacentistas y barrocos, muestra del paso del tiempo por su estructura y de diferentes autores y artistas. Os remarco algunas zonas que no os debéis perder (obviamente no puedo reseñarlo todo), y en las que debéis fijar vuestra atención, aunque sinceramente es imposible no hacerlo si pasáis por delante y estáis medianamente despiertos.

Entre las zonas destacadas está la bóveda estrellada con plementería calada, situada en el cimborrio del crucero, obra del alemán Juan de Colonia de finales del siglo XV, aunque en el siglo XVI se rehizo por Juan de Vallejo en estilo plateresco. Como veréis en la imagen es impresionante.




Siguiendo por los techos otra parte que no debéis dejar que pase desapercibida es la Capilla de la Presentación y la Consolidación, también llamada de San José. Entre 1519 y 1524 Juan de Matienzo  levantó esta planta central presidida por una bóveda estrellada calada.

En la capilla destacan varios sepulcros gótico-renacentistas y el retablo principal de estilo neoclásico donde se está la Sagrada Familia en forma de cuadro que fue traído de Italia. Esta capilla fue patrocinada por Gonzalo de Lerma, cuyo sepulcro tallado por Felipe Bigarny con gran realismo se encuentra en el centro de la sala resaltado de todos los demás.

Por supuesto es de obligado cumplimiento pararse delante de la Capilla de Santa Ana y de la escalera dorada.

Por un lado la Escalera Dorada, construida entre 1519 y 1522 y situada en el muro norte del transepto, sorprende por su altura y detalle pero es que realmente se hizo para salvar el desnivel existente entre la puerta de ka Coronería (la que se abre a la calle Fernán González) y el suelo del templo, ya que la calle está sobreelevada respecto a este debido al terreno; por ello el gran Diego Siloe diseñó y realizó esta obra maestra que luego el rejero francés Hilario completó con los antepechos hechos en hierro repujado y dorado.

Respecto a la Capilla de Santa Ana es una obra maestra que tomó forma entre 1477 y 1488 por la familia Colonia en un estilo gótico isabelino. En ella se encuentran dos de las principales joyas artísticas como son el retablo mayor dedicado al tema iconográfico del Árbol de Jessé y la genealogía de la Virgen cuyo elemento principal es el abrazo de San Joaquín y Santa Ana terminado por Gil de Siloé en 1492; la otra joya es el sepulcro del obispo Luís de Acuña, labrado en alabastro y de estilo renacentista de Diego de Siloé en 1519.

Tampoco podemos dejar de hablar del altar de la Capilla Mayor puesto que, a pesar de que está demasiado recargada para mi gusto, hay que reconocerle el detallismo y el cuidado puesto en él para hacer honor a la imagen central de Santa María la Mayor. La virgen está retratada con el niño en brazos y flanqueada por querubines y fue realizada por Cristóbal de Valladolid en 1464 en el estilo gótico-flamenco imperante de la época. También se representan conjuntos escultóricos de la Asunción y la Coronación de la Virgen de Juan de Ancheta, así como un apostolado completo y grandes relieves con pasajes de la vida de la Virgen. Inmediatamente anterior al crucero y al otro lado de la capilla mayor destaca en medio de la nave mayor el Coro Catedralicio con sillería de nogal conformado por un gravado de estilo plateresco de Felipe Bigarny, quien cinceló una serie de relieves con iconografía religiosa.



Por último hablaros del claustro:
El claustro es mi zona predilecta de las catedrales y en el caso de la de Burgos no os lo podéis perder puesto que es una maravilla. Se construyó en estilo gótico en el siglo XIII y está constituido por dos pisos superpuestos, articulado mediante cuatro galerías con unos preciosos arcos calados y unas vidrieras que destacan por su hermoso colorido.



La ornamentación vegetal que constituye sus arcos y capiteles destaca casi a simple vista si conseguimos que las vidrieras de mosaicos multicolores no nos distraigan de todo lo demás que nos ofrece. Ambas partes del claustro contienen salas con más obras artísticas, restos arqueológicos y escultóricos, etc. Ya os digo que a mí me encanta, me parece precioso, y merece muchísimo a pena irse parando en cada rincón que lo compone.  

La verdad es que es imposible hablar de la infinidad de detalles y maravillas que esta catedral contiene, por eso os animo directamente a que vayáis a verla y, en ese caso, que lo hagáis cargados de paciencia y de curiosidad para verlo todo: capilla a capilla disfrutando de todas las obras y de todos los detalles de esta magnífica construcción. 

¿Dónde comer en Burgos? En dos palabras: Casa Pancho


Fuimos a Casa Pancho por recomendación de mis padres y, teniendo en cuenta que llegamos a burgos a las 19:00 cenamos, hicimos una paradita estratégica a media mañana y, ya que estábamos, reservamos para comer allí; vamos, que no nos gastamos más dinero en este bar-restaurante porque solo teníamos unas horas antes de volver a Madrid.



La mayor atracción de Casa Pancho son sus pinchos, a buen precio y riquísimos hacen que el local esté siempre a reventar y que casi haya que pegarse para encontrar un hueco en la barra o en alguno de los espacios que tienen disponibles para tomar algo. A tres euros la caña de cerveza yo destacaría como pincho principal los cojonudos y cojonudas recién hechos por un euro, a elegir el que más te guste: el cojonudo consiste en pan, chorizo, un huevo de codorniz y una alegría riojana para los amantes del picante (yo las quité todas), mientras que la cojonuda es igual pero con morcilla. Solo puedo decir que el recuerdo de la mezcla del huevo encima de la morcilla o chorizo con el toque picante hace que me den ganas de preparar la mochila y volver allí para poder pedirme este delicioso manjar.



Otro de sus principales pinchos son las croquetas, enormes y de jamón están deliciosas, a 1,50 puedes comerte un par de ellas y sentir que llegas a tocar el cielo cuando las degustas. Junto a esta también se pueden disfrutar los huevos rellenos como el que aparece en la foto que da pie a esta parte del post, que está rodeado de besamel y empanado, como un croquetón gigante y delicioso. También es muy destacable su ensaladilla rusa, que pro tres euros viene en una cantidad bastante considerable para ser tapa y que está muy buena también.




Si vais tampoco podéis dejar de probar el tigre (mejillón con besamel y atún empanado), delicioso aunque un poco fuerte (pesado) para mi gusto y el pimiento relleno de boletus, también bastante pesado pero muy bueno. 

Realmente hay muchos más platos para tapear y a buen precio todos ellos, en general se puede comer y cenar solo de tapas por un precio nada desdeñable, ajustándote a las necesidades de tu bolsillo. 

Además de comer de tapeo tenéis menús concretos a buen precio (10-12 euros) y de grupos un poco más caros, aunque de estos no os puedo hablar porque no los pedí; de lo que si os voy a hablar es de la carta, pues comimos de ella al día siguiente de cenar de tapeo y realmente no me decepcionaron, estaba todo delicioso. 

Yo que me sentía un poco pachucha de la garganta me pedí para empezar una sopa castellana, porque la verdad es que me encantan, tan calentita y con ese sabor inconfundible… es una delicia tomarla y más si está bien hecha (como era el caso). Mi pareja no pidió ningún primero porque quería esperar al plato principal, que no tardó en hacerse esperar: él se pidió la presa ibérica con boletus y yo el solomillo de ciervo (cuya carne nunca había probado) con salsa de oporto.

La presa ibérica desde luego estaba muy tierna y a mi pareja le encantó, venía con mucha salsita y las setas cortadas en láminas a un lado, además venía con un pimiento frito para darle color al plato y la mezcla estaba realmente buena. La carne la trajeron al punto, tal y como él la había pedido y yo le robé un trocito de uno de los filetes más gruesos para disfrutar de la carne como me gusta: poco hecha. La verdad es que fue un acierto y lo disfrutamos mucho.

Yo con una copa de vino disfruté de la carne de ciervo que nunca antes había degustado. El solomillo estaba muy tierno también y bastante poco hecho, tal y como lo había pedido. La verdad es que es una carne diferente, con un sabor bastante más intenso de lo habitual, pero desde luego me encantó. Con la salsa le daba un toque muy bueno y además venía con patatas fritas y también con el pimiento, por lo que no quedaron ni las migas en el plato.

Para terminar nos pedimos una mus de chocolate para compartir que también estaba muy buena. Una forma muy dulce de acabar una comida magnífica en el mejor sitio de Burgos para tapear, cenar o comer. 

¿Dónde dormir? Hostal Averroes

Aunque está alejado de la zona centro y turística de Burgos que es el casco antiguo, ningún ruido os molestará en este pequeño hostal que ha pensado en todo para hacer de vuestra estancia un placer. Lo primero que hay que decir es que está adaptado para minusválidos: la puerta se abre con un código y a pesar de  tener las habitaciones en la primera planta tiene ascensor para quien no pueda/quiera usar las escaleras, aunque es un poco lento. 

En la planta baja con una decoración muy cuca está la recepción y la zona de desayunos (incluidos en el precio de la habitación) con máquina de café, cola cao, bollería, tostadora, pan, mermeladas… todo en su justa medida y de marca blanca pero perfecto para ponerse en marcha pro la mañana. Además también tiene una pequeña nevera para la leche y el zumo, así como para que si necesitas guardar algo (como medicación o los potitos del niño) podáis hacerlo sin problemas.

Respecto a las habitaciones solo diré que lo elegimos por las fotos y no eran engañosas: todo esta limpísimo, son amplias y bonitas, y la cama es de las mejores en las que yo he dormido. La verdad es que para ser un hostal está muy bien, todo super cuidado, con mesita y silla para estudiar o trabajar si fuese necesario; los dueños de este hotel han pensado en todo para que a sus huéspedes no les falte de nada.

El baño también está adaptado para minusválidos y por ello la ducha es enorme, con silla incluida, la verdad es que me encantó y me pareció perfecto. 

Es verdad que estar lejos del centro le quita puntos pero andando por el precioso parque junto al río son 20 minutos lo que se tarda y en coche son solo cinco o seis minutos, así que no está para nada mal situado, además de que es fácil aparcar y que la tranquilidad que sus habitaciones aportan no la encontraréis en los hostales del centro, rodeados de bares y lugares donde quedarse hasta tarde tomando algo.

Sin duda una estancia increíble, corta pero intensa gracias esos lugares por ver, buena comida y una noche de sueño reparador para disfrutar de una de las ciudades más bonitas de España. 

Para repetir y quedarse unos cuantos días más



* Todas las fotos de este post han sido tomadas por Lucía Berruga (L.B.)


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